Mi experiencia real con Proz

Mi experiencia real con Proz

Hoy vamos a hablar de un portal de traducción muy conocido y también polémico: Proz.com. Prácticamente cualquiera que se dedique a la traducción conoce este portal, pero normalmente son los traductores que están empezando los que más dudas tienen sobre él. En esta entrada me voy a mojar sobre el tema y os voy a contar mi experiencia real con Proz y dar mi opinión sincera sobre esta página web y si, en mi caso, ha merecido la pena pagar su subscripción.

¿Versión gratuita o versión premium?

Esta es la primera pregunta que se nos viene a la cabeza. En mi caso, decidí optar por la versión de pago tras haber conseguido un par de clientes a través de la versión gratuita.

Es una decisión muy personal, pero no me atrevería a recomendar la versión pagada a una persona que no haya experimentando la versión gratuita durante un tiempo. En la versión de pago se puede acceder a las ofertas de trabajo publicadas en el portal antes de que pasen las 12 horas que se piden para postularse (sobre esto iremos más adelante) y también se puede acceder a la famosa BlueBoard del sitio, donde aparecen opiniones sobre empresas de traducción. Hay quienes dicen que solo por esto ya merece la pena pagar. En mi opinión, a veces basta con ver la puntuación de la agencia (algo que ofrece la versión gratuita) para hacernos a la idea sobre como puede o no trabajar o, en cualquier caso, puedes consultar a compañeros sobre esto.

Según mi experiencia real con Proz, os diré que en menos de un mes ya había recuperado la inversión inicial con creces, pero que cuando lo pagué ya conocía bastante el funcionamiento del portal y había disfrutado de parte de sus ventajas.

Proz no va a trabajar por ti

Puede que esta afirmación te decepcione, pero Proz no va a darte trabajo simplemente por pertenecer al portal, o al menos no al principio. Yo me di de alta en el portal en 2012 cuando acabé la carrera pero hasta que no pasé horas mejorando mi perfil el año pasado, no empecé a verle el sentido. Creo que este es el problema del portal, muchas personas piensan que solo por estar ahí ya te van a llover los trabajos. Una vez que ves como funciona poco a poco te vas a ir posicionando en el sitio y en ese caso sí que habrá empresas que te contacten (en mi caso esto fue unos 9 meses después de empezar a usarlo correctamente).

A veces ser rápido es más conveniente que tirar los precios

Para mí esta ha sido la clave. Por si no estás muy informado sobre el sitio, publican trabajos en forma de subasta, aunque muchas veces en el trabajo piden que se contacté a la empresa directamente por correo electrónico en lugar de «pujar» para conseguir el trabajo.

Muchos traductores piensan que las agencias que publican ofertas siempre van a elegir al traductor más barato, pero en mi experiencia no tiene porqué. Es muy importante ser rápido y venderte como una persona que puede salvarles de un marrón (necesitan una solución rápida). Para ello, puedes sincronizar tu perfil con el correo electrónico y si ves que una oferta te merece la pena ir a por ella. Aquí lo malo sería la falta de comunicación por parte de las empresas con las que nos comunicamos, normalmente porque otra persona ha sido más rápida que tú.

El directorio de agencias, una herramienta gratuita

Una de las mejores cosas de Proz es el directorio de agencias. A veces Google no es suficiente a la hora de buscar agencias a las que dejar nuestro CV y en este caso este directorio nos puede ayudar mucho. Puedes buscar por lengua de trabajo, país y especialidad. De esta manera, yo he ido consiguiendo un par de clientes, aunque he contactado muchos más. Lo más importante para mí era que consultar el directorio me liberaba del bloqueo inicial de no saber por donde empezar a contactar agencias.

Para resumir un poco, diré que a mí Proz me ha resultado tremendamente útil sin ser la panacea. Creo que es recomendable tener la versión gratuita si estás empezando en este mundillo, pero que hay que pensarlo mucho y darle mucha caña a la web antes de pagar por el perfil premium. Si quieres saber qué otras cosas me ayudaron en mis primeros meses como traductora visita esta entrada de mi blog.

Mujeres traductoras referentes de la lengua española

Hoy no podía pasar por alto que era 8M, especialmente dedicándome a este sector en el que las mujeres somos una clara mayoría. No se en la vuestra, pero en mi clase de la universidad éramos casi todas chicas, pero por ser esta una profesión con poca visibilidad muchas personas no saben que es una de los empleos con más mujeres y además, que tiene bastantes posibilidades a la hora de conciliar en el caso de que decidamos tener hijos. A lo largo de la historia ha habido muchas mujeres traductoras, en parte porque la educación no formal que recibían las chicas de clase alta que no podían ir a la universidad se centraba mucho en el aprendizaje de idiomas. Vamos a hacer un recorrido por algunas de las mujeres traductoras referentes de la lengua española, desde el siglo XVII hasta llegar a nuestros días.

Isabel Correa (1655 – c. 1700)

Fue una poeta y traductora neerlandesa-portuguesa, que escribió en lengua castellana, dentro de la comunidad de marranos hispano-portugueses  que se formó en la capital holandesa en el siglo XVII. En 1694 publicó la traducción de Il pastore Fido, poema pastoril de Juan Bautista Guarini (1590), con añadidos personales y formales de estilo culterano. 

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814–1871)

Retrato de Gertrudis Gómez de Avellaneda (detalle), 1857. Oleo sobre lienzo. Museo de la Fundación Lázaro Galdiano.

Escritora y traductora en lengua castellana. Nacida en Cuba, a los veintidós años se afincó en España, aunque siempre sintió añoranza de su tierra natal, a la que sólo pudo volver temporalmente. Aunque adaptó varios poemas latinos (sobre todo salmos), ingleses (de Byron) y portugueses (de Augusto José Gonçalves Lima), su principal fuente de inspiración fue la poesía francesa: leyó, tradujo e imitó a Évariste Parny, Alphonse de Lamartine y Victor Hugo. 

Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Natural de Galicia, la famosa novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poeta, dramaturga, traductora, editora, catedrática, conferenciante e introductora del naturalismo en España, fue pionera en sus ideas acerca de los derechos de la mujer y el feminismo. Quizás su faceta como traductora no es tan conocida pero ya en su juventud tradujo del gallego dos poemas del primer libro de Eduardo Pondal, Rumores de los pinos, que publicó en El Heraldo Gallego en 1878, más tarde se interesó por el catalán y también tradujo obras desde esta lengua y gracias a su formación humanística, pudo traducir del alemán a Heine y del francés a E. Goncourt. 

María José Aguirre de Cárcer

Ya en el siglo XX nos encontramos con María José, la traductora audiovisual de muchas series y películas famosas que gracias a ella hemos podido disfrutar en España. Entre sus trabajos se encuentran Los Simpson, Seinfeld, Borgen, Expediente X, Baby Driver o Twin Peaks (2017). Tres décadas en la profesión acumulan anécdotas y experiencia sobre la industria desde una perspectiva única. Aunque se jubiló recientemente sigue trabajando, por ejemplo, en la traducción de los Simpson. La podéis seguir en twitter como @mjoseadc.

Pilar Ramirez Tello

Aún por completo en activo tenemos a Pilar, nacida en Granada es una traductora literaria, técnica y jurada de inglés que ha traducido sagas literarias muy conocidas como Los Juegos del hambre o Divergente. Ha traducido para editoriales como RBA, Salamandra o Peguin Random House y además de trabajar como traductora autónoma también ha sido profesora adjunta de español en el Departamento de Lenguas Romances en la Universidad de Binghamton. La podéis encontrar en twitter como @pramireztello.

El aniversario de @gemalanguages

Marzo es un mes muy importante para mí. Hace un año, no recuerdo bien que día, decidí emprender mi negocio como proveedora lingüística, me di cuenta de que necesitaba un trabajo que me permitiera tener flexibilidad horaria (e incluso me permitiera librar entre semana y trabajar los fines de semana) y con el que me sintiera a gusto. Tengo que reconocer que me planteé estudiar algo nuevo, pero caí en la cuenta que yo ya tenía una profesión liberal a la que volver y en la que desarrollarme. Un año después se me antoja buena idea hacer balance y contar cuáles fueron mis primeros pasos como traductora autónoma.

Ante todo formación

En ese momento trabaja en un colegio concertado de Madrid a tiempo completo (incluso teníamos colegio por la tarde), cuando llegaba a casa sacaba fuerzas para informarme sobre los pasos a seguir para convertirme en lo que siempre había querido ser: traductora autónoma. También pasé las vacaciones de Semana Santa y los fines de semana (viajes en el AVE Madrid <-> Alicante incluidos) formándome, viendo vídeos y escuchando podscasts sobre el tema. En Mayo comencé el curso de Traducción jurídica profesional con Ruth y Fernando y conocí el club de traductores, también en ese mes me asocié a Asetrad y solicité entrar el programa de mentorías. 

El salto a la profesionalidad

A finales de julio llegó mi primer encargo, en septiembre me formé en SDL Trados (gracias a una amiga pude obtener la licencia) y en octubre decidí hacerme autónoma oficialmente, también decidí crear mi cuenta de Instagram @gemalanguages y empezar a elaborar mi “branding”. Otro (gran) paso lo di en diciembre al pagar la membresía del sitio para traductores Proz, gracias a la cual he podido acceder a más agencias y proyectos más grandes. Mi último hito fue crear esta página web, de forma casera pero con mucho mimo.

Intentando establecerme en el mercado

Poco a poco voy fidelizando clientes y es muy gratificante para mí ver como repito clientes en mis facturas mensuales, aunque todavía dé muchas clases particulares y haya semanas en las que no sepa como llego a todo. Estoy muy contenta de todo lo que he conseguido. El camino no es sencillo, como en todos los negocios se necesita cierta inversión. No obstante, seguiré luchando para alcanzar mis metas y poder tener una profesión compatible con mi familia y el estilo de vida que quiero seguir.